Feb 9, 2010

SIN TÍTULO O LA DESILUSIÓN Y LA MUERTE

- La muerte de la utopía -
tus ojos no están por ningun lado

no los encuentro
- la desilusión de la metáfora -
y ahora, un segundo después
tus ojos pueden estar en cualquier parte

o tus ojos, esos ojos
y no otros ojos,
pueden ser cualquier par de ojos.
Avancemos más allá de la luna,
que para el 2020 tampoco se podrá conocer,
la luna en la metáfora,

la luna en la desilusión.

Una hora después,

avanzamos dos años,
dos años en una hora,

abro los brazos

¿recibo todos los abrazos?
no siento ninguno

¿será por que ya he sentido todos esos abrazos y no me he dado cuenta?

Sumergirse en este cuento es difícil,

y lo difícil dentro de este mismo cuento,

a veces resulta ser lo más fácil.

Fácil, como ese niño flaco,
ese que se para en la esquina,
a esperar a una nueva y pos-moderna reencarnación de Pasolini para que le de un aventón
¡ lástima !

el pobre niño fácil no sabe quien es Pasolini,
¡ni siquiera la reencarnación pos-moderna de Pasolini sabe quien es Pasolini!,

las ventajas de olvidar los hacen recordar eso imposible,
por que todo lo imposible de ayer, hoy es posible:
se regalan premios nobel de la paz,

todo es posible
-un mundo de posibilidades-
una estrella "indefensa"

no parece una estrella de mar,
tampoco se parece a las del cielo,
a la mayoría de la gente normal le parece curiosa
¡y hasta bella!
a mí me parece horrible,

por que no hay nada más feo
que lo bello construido sobre lo horroroso,
así que todos esos monstruos raros,
que nunca han sido bellos
y que son solo horribles son mis amigos del alma,
identificación temprana,
des entenderse del vulgo,

emular a los escritores de los años treinta:

hablar y follar,
follar y follar,
ver y ver,

absorber y reabsorber.
Amar y Trans- amar,

querer,

solo así,

ser espontáneo,

la escenografía es de cholguán,
pero la diseñó un tipo sobre valorado por la prensa,

de esos patudos
,
así que aunque sea de cholguán,
seguimos sintiéndonos en el mármol y deslizándonos en el ébano.
-Llámame a las tres-
cuando los oficinistas tienen su horario de colación y hablan de silicona y colágeno,
de ahí nos ponemos de acuerdo,
olvidémonos del romanticismo,
y de la farsa y de la zarzuela,
a lo mejor puede que salga una nota de algo,
-yo sé que a esa nota le daré la importancia que se merece-
pero tú que te entiendes con los oficinistas, los patudos y los sobre valorados por la prensa,
dejarás pasar esa nota,
sera un ruido extraño,
un sonido que se confundirá con el taconeo de las que trabajan en las AFP,
podría ser ese grito que Rodrigo Lira dijo que algún día daría,

pero nunca lo sabremos,

tú, por que lo ignorabas

y yo por que como todo es fácil y difícil, hecho y des-hecho, jamás podré descifrarlo;
por mientras alzo mi copa de martini,
el brillo con elastina chorrea sin parar,

como abrir una llave,

y vendrá un zancudo,

de esos de la orilla del río
y dejará una roncha gigante en tu trasero,

que aunque sea duro, redondo y apetecible;

hoy me da miedo,

acercamiento y distanciamiento,

se mira, pero no se toca;
se folla, pero no se mira;

-choose your own way!, anyway!-
Pasarán los días,

y aunque ahora me cueste creerlo: veré esos ojos,
esos que pueden ser cualquier par de ojos,
pero que distinguiré en un pestañeo,
y todo ese residuo del capital que soy,
cobrará sentido,

sonreiré,

mirarás de reojo,

Paris Hilton quedará ciega con un flash,

John Travolta moverá la pelvis como en los viejos tiempos,

Agyness Deyn tropezará en la pasarela,

Hugh Hefner se cambiará de sexo,

volveré a sonreir,

entenderemos juntos la resaca después de la borrachera,

las secreciones después de la orgía,
y la ácidez despues de la comilona,

vendrás entre la multitud,

y la utopía deconstruida y trans-culturizada,

así como la metáfora resituada,

nos mirarán desde lejos,

y brindarán por nosotros: chin-chin.